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  • El virus causa infecciones agudas y crónicas e inflamación del hígado y puede desembocar en cirrosis, cáncer hepático e incluso la muerte

A propósito del Día Mundial contra la Hepatitis, que se conmemora el 28 de julio, la Secretaría de Salud (SEDESA), invita a los capitalinos en general, pero sobre todo a quienes están entre los 25 y 44 años, a tomar las medidas necesarias para prevenir dicha enfermedad.

Lo anterior, debido a que este sector de la población es económicamente más activa o está en tránsito constante y es más propenso a consumir alimentos, frutas, verduras o agua preparados sin la higiene necesaria.

La hepatitis es una inflamación del hígado causada comúnmente por un virus, del cual existen cinco tipos A, B, C, D y E que causan infecciones agudas y crónicas e inflamación del hígado y puede desembocar en cirrosis, cáncer hepático e incluso la muerte.

Las hepatitis A y E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados, en tanto que las B, C y D, se producen de manera ordinaria por el contacto con humores corporales infectados.

De estas tres últimas, las formas comunes de transmisión son la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasivos en que se usa equipo contaminado; además, en el caso de la hepatitis B, se puede pasar de la madre al niño en el parto o también mediante contacto sexual.

Las medidas de higiene para prevenir las de tipo A y B son: lavarse las manos cuidadosamente después de usar el baño y cuando se entre en contacto con sangre, heces u otros fluidos corporales de una persona infectada; evitar el contacto con sangre o fluidos de otras personas; en caso de requerir transfusión solicitar que sea previamente examinada (sangre segura); asistir a los controles prenatales y tener sexo seguro.

Asimismo, evitar compartir agujas; cerciorarse de que las inyecciones se realicen en forma segura, sin reutilizar jeringas, y con el equipamiento correctamente esterilizado, y consumir agua potable, evitar consumir  alimentos inseguros (que no hayan sido preparados higiénicamente).

Además, se recomienda evitar mariscos crudos; comer en establecimientos limpios; no consumir frutas y verduras que se vendan en la vía pública que puedan haber sido lavadas o preparadas con agua contaminada; usar agua embotellada para lavar los dientes y para beber en aquellas áreas donde el agua puede ser insegura; no usar cubos de hielo que pueden portar infecciones; los alimentos calentados deben comerse de inmediato para evitar su descomposición; hervir el agua es el mejor método para eliminar la hepatitis A.

Para prevenir algún brote en guarderías, hay que lavarse bien las manos antes y después de cada cambio de pañal, antes de servir los alimentos y después de usar el baño.

Asimismo, se exhorta a las madres, padres o tutores, vigilar que los menores de edad compren algún tipo de producto fuera de las escuelas, pues por lo regular estos no cuentan con las medidas de salud necesarias; por lo que pueden enfermar a las niñas, niños y adolescentes.

Cabe destacar que cuando la inflamación provocada en el hígado por hepatitis es reciente se le conoce como hepatitis aguda, y a los procesos que duran más de seis meses se les llama hepatitis crónicas con serias consecuencias a largo plazo, pues si bien la mayoría de los casos se cura en forma espontánea, cuando se convierte en enfermedad crónica avanzada se daña severamente el hígado produciendo fibrosis, cirrosis y hasta cáncer de hígado.

Los síntomas más frecuentes son:

aparición súbita de fiebre,

malestar,

inapetencia,

náuseas,

dolor de estómago,

orina oscura e ictericia (coloración amarilla de la piel y la parte blanca del ojo).

La SEDESA hace hincapié que contar con esquema básico de inmunizaciones de acuerdo a la edad es la manera más efectiva de evitar el virus por lo que el Esquema Nacional de Vacunación incluye la vacuna hexavalente que protege contra hepatitis B, difteria, tosferina, haemophilus influenzae B, tétanos y poliomielitis, la cual se aplica en todos los centros de salud a los 2, 4 y 6 meses de edad y el refuerzo a los 18 meses de edad.

Finalmente, se pide a la población que en caso de tener algunos de los síntomas ya referidos acudan al centro de salud más cercano de su hogar, lugar de trabajo o escuela donde serán atendidos.

 

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